Historia de la vitamina e


La Vitamina E fue descubierta al principio de los años 20 por Evans y Bishop como un factor nutricional soluble en grasa, que era esencial para la normal reproducción en ratas. Más tarde se aisló una familia completa de compuestos que se designaron como Vitamina E. En la naturaleza existen ocho sustancias diferentes con actividad como Vitamina E, que se distribuyen en dos familias conocidas genéricamente como Tocoferoles y Tocotrienoles. Los miembros de estas familias se designan como α−, β−,γ−, o δ− dependiendo del número y posición de los grupos metilo unidos al anillo de Cromano. La cadena lateral es saturada en los Tocoferoles e insaturada en los Tocotrienoles. Con respecto a la actividad de Vitamina E, la configuración de estos compuestos influye en la actividad biológica. El α−Tocoferol es la forma más potente. La preparación de la Vitamina E para la industria farmacéutica y de alimentación esta basada en este compuesto. El Tocoferol natural es aproximadamente un 40% más activo que el Tocoferol sintético. Esto debe ser considerado al calcular el contenido en Vitamina E que se debe añadir a los productos. La Vitamina E se encuentra en aceites vegetales (particularmente de germen de trigo y girasol), avellanas, almendras, nueces, pistachos y cacahuetes). Una de las mayores fuentes naturales de este tipo de productos es la fracción insaponificable de los residuos de la destilación de aceites vegetales (girasol, soja, maíz,...), y de aquí se extraen mediante una sofisticada secuencia de procesos físicos y químicos en los que, de forma genérica, intervine para su aislamiento la destilación molecular.